Microorganismos: los huéspedes “invisibles”

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Cuando nos hablan de microorganismos seguramente nos imaginamos criaturas microscópicas que nos acechan en los rincones para ingresar a nuestro cuerpo, vivir a nuestras expensas y causarnos malestares y enfermedades. Disponemos de  un arsenal para combatirlos: antibióticos,  antimicóticos, desinfectantes e incluso hasta podemos prevenirnos de algunos antes de su ataque mediante las vacunas. Probablemente esta mala fama se construyó con ayuda de la medicina y la publicidad, ámbitos que los presentan como seres indeseables y desagradables que al menor descuido nos invadirán afectando nuestra salud.

Sin embargo el stand Mundo Invisible de Cuatrociencia nos muestra que estas ideas están muy alejadas de lo que la ciencia actual conoce sobre estos diminutos seres vivientes. En primer lugar aclaramos que los que conocemos bajo el nombre de microorganismos incluye varios grupo de seres vivos, como bacterias, hongos, levaduras, protistas y algas que comparten la cualidad de ser microscópicos. También se incluyen los virus, considerados agentes infecciosos en el límite entre lo vivo y lo no vivo.

Los datos expuestos nos empiezan a sorprender: sólo el 1% de todas las especies de bacterias que se conocen son capaces de causarnos enfermedades. Y esto no es nada frente al siguiente a todo lo que sigue: ¡nuestro organismo alberga 10 veces más microorganismos que células humanas!, lo que significa que estamos dándole alimento y un lugar para vivir a trillones de minúsculos individuos en órganos como la piel, la boca, el  estómago, el  intestino y en conductos del sistema reproductor y urinario, como la vagina y la uretra. Este conjunto de huéspedes del cuerpo humano  recibe el nombre de Microbiota y está constituido principalmente de bacterias que nos acompaña a lo largo de nuestra vida.

Lejos de aprovecharse de nuestra hospitalidad, estos habitantes microscópicos, pagan con creces su hospedaje. De este modo, los 100 billones de bacterias que habitan nuestro intestino (más conocida como flora intestinal) se encargan de funciones tan importantes como la de digerir componentes del alimento- que de lo contrario serían desaprovechados-, producir sustancias esenciales para el cuerpo como las vitaminas K y D, regular el desarrollo del sistema inmune y protegernos de otros microbios dañinos colonizando los espacios que éstos pueden invadir.

En nuestro estómago Helicobacter, responsable de causar úlceras y gastritis, ha sido reivindicada por su relación con la producción de ciertas hormonas que ayudan a regular el apetito y a mantener el peso bajo control.

La piel constituye otro espacio muy codiciado para muchos microorganismos que tienen un papel destacado generando un medio que resulta hostil para hongos y levaduras dañinas.

A lo largo de la vida la microbiota va cambiando influenciada por el desarrollo corporal, la alimentación y los hábitos de higiene. Muchas veces podemos afectar el delicado equilibrio de estas comunidades beneficiosas. Así, la automedicación con antibióticos y el uso excesivo de alcohol en gel y jabones desinfectantes pueden eliminar bacterias benignas dejándonos indefensos frente a las infecciones o aumentando nuestra predisposición a las alergias o enfermedades del sistema inmunológico.

Además de la importancia que tienen los microorganismo para nuestro organismo debemos reconocerlos como actores que hacen posible la vida sobre nuestro planeta, ya que se encargan de reciclar los materiales orgánicos de desecho (naturales o generados por el hombre)  que circulan por los ambientes y de reincorporarlos a los suelos y la atmósfera en forma de nutrientes. En la naturaleza  forman sociedades con las raíces de muchas especies vegetales, algunas de ellas cultivos de importancia, favoreciendo su crecimiento.

Los seres humanos, desde tiempos remotos,  comenzamos a emplearlos  para fabricar alimentos, desde las bacterias que producen el yogurt fermentando la leche hasta las levaduras que permiten el leudado de las harinas para el pan o para las exquisitas masas que son base de la repostería.  Tampoco podemos olvidar a los pequeños seres que transforman químicamente granos o distintos materiales orgánicos para producir bebidas alcohólicas.

Más recientemente la medicina y la química aprendieron a dominarlos para usarlos industrialmente en la fabricación de medicamentos, como los antibióticos y la insulina, y de biocombustibles como el bioetanol.  Estas aplicaciones han dado origen a una nueva y creciente rama de la industria y la tecnología, la Biotecnología.

Los microorganismos: un mundo invisible, pero fundamental en nuestras vidas.

 

Colaboración: Mónica Gerena

 

 

2 comentarios en “Microorganismos: los huéspedes “invisibles”

  1. Rodrigo

    Hola, queria consultar si la ultima exposicion es el Lunes hasta las 17hs o es hoy sabado hasta las 20hs..

    Muchas Gracias!

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