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“La invitación a Cuatrociencia es una caricia en el corazón”

portada paenza

 

 

Se trata de un hombre muy particular. Participó en ámbitos tan disímiles como el  periodismo deportivo y la vida académica. Durante muchos años repartió su rutina entre el análisis de un partido de fútbol o el relato por TV de una volcada de Michael Jordan, y los dictados de clases de Álgebra en la Universidad Nacional de Buenos Aires. La vida de Adrián Paenza no tiene nada de común, con una trayectoria exótica y fascinante. 

Así fue desde muy chico. Hijo del matemático Ernesto Paenza, Adrián nació en 1949 y con solo 20 años obtuvo su Licenciatura universitaria. Tres años después era docente en el Departamento de Matemática. Antes, todavía adolescente, con 17 años, fue incorporado a la “Oral Deportiva”, en Radio Rivadavia, uno de los programas más populares de la historia de la radiofonía deportiva argentina. El paso de los años lo iba a poner en prácticamente todos los medios más consultados del país, tanto en radio como en televisión y la prensa escrita. En la década del noventa incursionó en el periodismo político, llegando a trabajar como conductor en el programa televisivo “Día D”, a la par de Horacio Verbitsky y Jorge Lanata, entre otros.

Pero nunca dejó de lado su preocupación por la comunicación de la ciencia, particularmente de la Matemática. En 2005 Adrián Paenza publica un libro que revolucionó el mercado editorial: “Matemática… ¿estás ahí?” vendió más de cien mil ejemplares. Vinieron después cuatro capítulos más de esta saga. Hoy millones de personas lo reconocen como “el señor que explica fácil la matemática”. En 2007 recibe el premio Konex de platino a la Divulgación Científica. “Científicos Industria Argentina” (premios Martín Fierro en 2003 y 2007),  conducido por Paenza, se convirtió en el programa de ciencia más visto de la televisión abierta argentina.

Desde hace años reparte su vida entre Buenos Aires y Chicago (EE.UU.). En los próximos días llegará a la Argentina, y el 14 de abril participará del cierre de Cuatrociencia, la histórica muestra de arte, ciencia y tecnología de la UNC que en poco más de 20 días convocó a más de 80 mil personas. Antes de su llegada a Córdoba, respondió para Cuatrociencia algunas preguntas a través de correo electrónico:

 

– Hay mucha expectativa por su llegada a la UNC para participar en Cuatrociencia. ¿Cómo tomó la invitación a venir a nuestra Universidad, y a Cuatrociencia en particular?

Participar en una muestra de estas características me pone en una situación de privilegio. Como tal, lo disfruto por anticipado. La invitación es una caricia en el corazón.
 

-Teniendo en cuenta su experiencia en otras casas de estudios de distintas partes del mundo, ¿cuál es su opinión en torno a que la Universidad haya organizado una muestra de estas características?
– La universidad pública tiene una obligación de, no solo mirar hacia adentro, sino mirar hacia afuera, hacia la sociedad toda, generando los vasos comunicantes como para que la sociedad entienda que la universidad le ‘pertenece’. Pero para construir ese sentido de pertenencia hace falta que todo el mundo entienda qué es lo que se produce allí, quiénes lo hacen, con qué fines, qué es hacer ciencia básica, qué significa hacer transferencia de ese conocimiento para mejorar la calidad de vida de la sociedad, y muchos otros etcéteras que sería difíciles de enumerar en una respuesta breve. Pero para resumir, creo que la Universidad de Córdoba lo que hace es estar a tono con su historia, señera y líder en la Argentina. 


-¿Cómo considera que puede impactar en la sociedad cordobesa tener una muestra abierta como Cuatrociencia?
-Mirada en forma aislada, es solo un episodio, pero puesto en un contexto en donde –como decía más arriba- la universidad abre sus puertas, sale a la calle, se comunica con la sociedad de donde surge la savia con la que se alimenta. No puedo menos que celebrarlo. 


-En estos últimos años hubo un resurgir de la divulgación de la ciencia, sumado a la creación de Tecnópolis que marcó un hito por su popularidad y alcance. ¿Cómo cree que deberían orientarse las políticas de las distintas instituciones públicas en torno a la comunicación de la ciencia?
– No tengo la menor duda que cada institución, de acuerdo con sus características particulares, deberá encontrar la forma de ‘comunicar’ lo que hace, para qué lo hace, cuáles son los problemas que resuelve o intenta resolver, quiénes lo hacen, qué necesidades tiene y pujar para no vivir en una suerte de torre de marfil, en una suerte de burbuja. Tecnópolis ha sido un paso enorme en esa dirección, así como lo fue la generación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva 


-¿Cuál cree que debería ser el lugar de la comunicación de la ciencia en la Argentina? ¿Mantenerse lo que se ha visto en estos últimos años? ¿Diversificar los canales? ¿Profundizar esfuerzos y trabajos en una cierta dirección?
 -Todos los ítems que usted señala, que no son excluyentes. Al contrario, cuanta mayor difusión haya, más posibilidades hay de ofrecer a quienes todavía no han decidido sus futuros el abanico de posibilidades inmenso que la ciencia ofrece. 
 

-¿Cómo cree que debería enseñarse la ciencia en el sistema educativo argentino? ¿En qué aspectos se debería cambiar?
 – Me queda enorme la pregunta, y sinceramente no me siento en condiciones de dar una respuesta que me deje satisfecho y que sea suficientemente rigurosa. En todo caso, busquemos entre todos, consensuar las necesidades actuales y ajustemos los programas a lo que sucede en la Argentina de hoy y revisemos si lo que estamos enseñando es lo que queremos que nuestros jóvenes sepan cuando egresen de los distintos estamentos educacionales. O sea, planificar lo que queremos ser. Eso sería un buen paso.
 
– Gracias a su trabajo, mucha gente desinteresada por la ciencia se acercó a ella, aunque sea a través de la televisión o por un libro de divulgación. Más allá de sus méritos personales, ¿considera que usted ocupó un lugar que estaba pendiente llenar, que era un vacío en los medios de comunicación masivos?
 – Puede ser, pero hoy se ha incrementado en forma exponencial la cantidad de divulgadores o difusores de la ciencia. Los diarios más importantes del país tienen periodistas especializados que no solo reproducen lo que sucede en el exterior (lo único que se hacía antes), sino que recoge el pulso cotidiano de nuestros científicos. Y lo mismo sucede en la televisión y en otras artes (teatro, cine, por poner algunos otros ejemplos). El futuro en ese sentido es muy promisorio. La Argentina no es solamente ‘bailar por un sueño’. 
 

-Los medios masivos de comunicación privados operan bajo una lógica de mercado, y la ciencia -bien comunicada- muchas veces “no vende”. Desde su punto de vista, ¿Cómo se resuelve esta tensión?
No hay ninguna razón para que la ciencia tenga que competir con los programas de noticias, entretenimientos, deportes, u otros. Hay lugar para todo y para todos. Antes había un solo canal de televisión. Hoy hay miles de posibilidades. En todo caso el desafío es encontrar el atractivo suficiente para contar la historia de la ciencia, la historia cotidiana, para seducir a quien está mirando o leyendo. No es fácil, pero tampoco imposible y en todo caso, el camino recién comienza.

-¿Cómo le explicaría a una persona que no tiene relación con la ciencia, cuál es el valor y el rol estratégico que ésta tiene en la sociedad? 
– No sé si yo soy la persona más capacitada para hacerlo, pero en todo caso le diría que un país sin ciencia es un país sin futuro, un país dependiente de lo que produzcan otros, y que deberá ofrecer el trabajo y el esfuerzo de sus ciudadanos para ‘comprar afuera’ lo que otros generan, en lugar de producirlo en nuestra propia casa. 

 

Adrián Paenza se presentará el próximo domingo 14 de abril a las16:30, en la jornada de cierre de Cuatrociencia. En la oportunidad, ofrecerá la charla “Atentado a la intuición”. Además, recibirá el premio Cultura 400 años de la UNC por iniciativa de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba.

 

“Como la música, la ciencia es hermosa cuando tiene un fin profundo»

Entrevista a Diego Pérez, músico de Tonolec.

TonolecConversamos con Diego Pérez, antes del increíble recital que dieron el sábado pasado en Ciudad Universitaria en el marco de Cuatrociencia. Pasado y presente. Ciencia y conciencia nativa fueron los temas que marcaron la charla.

 

Una vez dijiste que Tonolec era un punto de encuentro de músicas. Esta muestra es un punto de encuentro entre la ciencia, el arte y la gente. ¿Qué sienten tocando en esta muestra y ser ese punto de encuentro del que hablaste una vez?

Básicamente el punto de encuentro es la idea de integración. Hay que profundizar entres dos mundos diferentes: uno contemporáneo, con la tecnología moderna, y el otro ancestral y de los pueblos originarios del norte argentino. Para nosotros es lo mejor y más natural que puede pasar. De la misma forma que la ciencia se puede integrar con la cultura y generar miles de cosas, nosotros mismos -como argentinos y latinoamericanos- somos puntos de cultura. Y eso genera la riqueza que tenemos, más allá de algunas cosas que se prohibieron o se taparon de nuestros antepasados, pero es momento de que reflote y se integre, para llegar a una verdadera identidad.

 

¿Esa integración es lo que ustedes fueron a buscar a las comunidades? ¿Dar el toque nativo a la música electrónica que venían haciendo?

Hay una relación entre la tecnología y la ciencia. Se lo toma como contenido y no como herramienta. No existe la música electrónica, si no la música hecha con herramientas electrónicas. La usamos para expresarnos. Esa expresión puede hacerse de maneras diferentes. Rompimos con eso de que la electrónica es un género: es una herramienta contemporánea que nos sirve para trabajar el sonido de una manera profunda y meticulosa. Que te ayuda cuando tenés un concepto y un fin. Lo mismo que la ciencia, que es hermosa y buena cuando tiene un fin profundo y está sustentada por una ideología.

 

¿Cómo se relacionan los conocimientos ancestrales y los conocimientos científicos en la música que hacen?

La repetición. Eso se hace con la música actual y la tecnología y con la originaria. La música que se repite en generaciones y las letras que se pasan. A nosotros la tecnología nos sirvió para tener texturas de paisajes. Trabajamos mucho con lo que es el monte chaqueño, el río, el monte de noche, los animales. Y la tecnología permite infinidades de posibilidades de trabajar con ello. Ahí hay una herramienta muy aprovechable para contar ese mundo imaginario.

 

Hay una ciencia occidental que siempre se impuso, y que no respetó a la que encontró en América, cuando llegaron los colonizadores. El hecho de que los llamen a ustedes para cantar en Cuatrociencia, ¿les parece que es una forma de reconocimiento a esa ciencia ancestral y ocultada durante siglos?

Cuando nos acercamos a las tribus del pueblo Qom, nos dimos cuenta que habían muchos conocimientos que ignorábamos. Conocimientos que tienen que ver con la ciencia y la conciencia de la vida en la naturaleza. Lo que decís es interesante, porque la ciencia vino a desacreditar conocimientos que había. Después nos damos cuenta que no sabemos de alimentos ni plantas que se pueden usar y que crecen acá. Hay mucho que aprender, y por eso continuamos, porque hay un camino muy largo y lindo por descubrir.

Algunas veces creo que somos un puente en ese sentido. Fuimos y conocimos esas cosas y ahora las tenemos que contar. La gente debe buscar si quieren saber, por más que nos pregunten cada vez más sobre esas comunidades en nuestros shows.

 

Volvamos al comienzo. Hablabas de la palabra integración y Cuatrociencia busca eso. Que se integren los que no siempre pueden ver los conocimientos que se generan acá. Ustedes integran y son comunicadores de cultura. ¿Cómo toman ser un icono cultural?

No solamente hablamos de pueblos originarios, sino de nuestra ignorancia. Ahí está la conciencia de la que te hablaba. La gente en Resistencia no conoce el barrio Toba que está a cinco minutos. Y eso pasa en toda Latinoamérica, por eso queremos tomar conciencia de las culturas que nos formaron, por más que se los haya invisibilizado. Tonolec no sólo es un mensaje para que conozcamos a los nativos, si no para que nos descubramos a nosotros mismos, porque venimos de ellos. Queremos hacer que todos estos elementos se integren mediante memoria y conciencia. Para generar nuestra identidad, porque estudiamos bajo una ciencia occidental, para saber también de nuestros antepasados.

 

charo y diego foto

 

 

 

 

 

 

 

 

«La música es una ciencia»

presenta trío portada

Antes de subir al escenario para dar comienzo a los eventos culturales que se darán en la Sala de las Américas, el baterista de Presenta Trío, Marco Martina, dio sus sensaciones por el show. A continuación alguna de las respuestas.

 

-¿Cómo tomaron la invitación para tocar en la apertura de Cuatrociencia?

-Y… es una responsabilidad. El simple hecho de que nos convoquen a tocar en un evento tan importante quiere decir que estamos viejos, y que venimos tocando hace rato, y por ahí estamos sonando. Es como romper el hielo. Tenemos que hacer un buen espectáculo para que la gente venga al evento a ver las otras bandas también.

 

– ¿Cuánto de ciencia tiene la música de Presenta Trío?

– La música es una ciencia. Partamos de ese punto. Por lo menos yo veo así al arte. El arte que hacemos es una ciencia eminentemente matemática, es ciencia al cien por ciento.

 

– No es casualidad que hayan sido ustedes los elegidos para abrir la primera noche. Cuatrociencia está pensado para abrir la ciencia –que muchas veces puede resultar hermética– y ustedes hacen algo de eso. Ustedes se abrieron para poder ir más allá del folklore y fusionarlo con jazz y rock.

– Por un momento pensé eso también, en lo arriesgado, por así decirlo. Nunca vi que se haga un evento de estas características, y también es una apuesta a traer a la gente para que vean nuevos rumbos. Mostrar lo que se hace desde la ciencia es una inversión, y nosotros podemos tener un poco de eso.

 

– Nunca hubo una muestra de ésta característica y no siempre hubo una banda como los Presenta Trío. ¿Cuál es su objetivo como grupo musical?

– Mantenernos como somos. No especular con lo vendible. Pienso que un científico trabaja en la ciencia porque ama lo que hace, genera investigaciones y lo hace no por vender un producto si no por la curiosidad que le genera. Y eso es lo que a uno le gusta.

 

– ¿Cómo evoluciona la banda de ahora en más?

IMG_8805– Estamos grabando el tercer disco. Es algo más pensado y más armado. Mucho más profesional para poder presentarlo en una sala importante como ésta, algún teatro y después nos gustaría tocar en Buenos Aires.

 

Ciencia. Amor. Profesionalismo. Arriesgarse. Apostar a más. Eso es Presenta Trío.

Y eso es también Cuatrociencia.