Un viaje al pasado prehistórico
El Pteranodon longiceps es un pterosaurio marino que vivió hasta hace unos 85 millones de años atrás en la región central de Norteamérica, en ese momento cubierta por un mar somero, en el período Cretácico superior. Su tamaño era mayor que el de cualquier ave voladora actual, carecía de dientes, y capturaba peces (se encontraron vértebras de peces marinos en su garganta). Sus alas eran muy largas y sugieren que su vuelo era principalmente planeado y veloz, como en los albatros actuales. Presenta una cresta que es más prominente y llamativa en los machos, y probablemente se usaba en el cortejo. Se extinguió antes de la gran desaparición masiva de los dinosaurios. Actualmente se cree que los pterosaurios eran animales muy activos y con metabolismo elevado. Poseían estructuras parecidas a pelos que formaban un "pelaje" denso, y probablemente les permitía mantenerse a una temperatura de entre 37º y 40º, como nosotros.
El glyptodon reticulatus Es uno de los mamíferos fósiles más representativos de la paleofauna argentina de la “Era del Hielo” (Cuaternario). El tamaño real de este animal era el doble del aquí representado (alcanza los 2,5 m de longitud desde la cabeza hasta la cola), llegando a pesar en vida unos 1500 kilogramos. La forma de los dientes y del aparato masticatorio sugieren que se alimentaba esencialmente de pasto y, por lo tanto habitó las extensas llanuras con pastizales que caracterizaron a la región Chacopampeana y principales valles de las sierras centrales de Argentina, entre los 500.000 y 8.000 años antes del presente (Pleistoceno tardío y Holoceno temprano). Algunos restos de esta especie fueron hallados en enterratorios de los primeros humanos que habitaron en nuestro país.