Las ciencias médicas son un arte. Por parte de los médicos el arte de curar. Y el de los enfermeros que es el arte de cuidar. Pero en Cuatrociencia, además, la ciencia se alió con el arte de salvar. Así, en el Aula Interactiva se llevó a cabo la charla de Resucitación Cardiopulmonar que ofrecieron Raúl Abrile y María Emilia Santillán
Una de las frases que más quedaron grabadas fue: “Existe la posibilidad de que al hacer una actividad de resucitación, podamos lastimar al paciente. Puede ser con un exceso de fuerza, pero a la larga es mejor que no hacer nada. Porque si no se hace nada, el paciente muere”. Así concluyó el especialista en la importancia de estos pasos para resucitar a alguien, ya que no sólo deben ser de conocimiento médico, sino también social.
Este conjunto de maniobras sirve para reanimar a una persona de un paro cardiaco. Que no es ni más ni menos que una detención del corazón, por lo que “deja de funcionar como bomba y no envía sangre al organismo” y cuando se detiene la respiración. De allí, la necesidad de saber que hay dos tipos de paros, según si la persona es un adulto o un niño.
En el primer caso, el problema tiende a ser cardíaco, mientras que en el niño es respiratorio. Y para poder reanimarlo, siempre se deben seguir cinco pasos (esto es lo que se llama cadena de supervivencia). Luego el público tuvo acceso a maniquíes para practicar las maniobras que les fueron explicadas al incio.
Esta charla fue una de las actividades del Aula Interactiva que más concurrencia tuvo, además de ser la más repetida a lo largo del mes. El público se conformaba por niños, jóvenes y adultos. Esto es un indicio de la necesidad y el interés que existe en la comunidad por conocer las maniobras de reanimación y pasos elementales en casos de urgencias. Y para eso está Cuatrociencia: para llevar a la comunidad los conocimientos demandados.