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“Como la música, la ciencia es hermosa cuando tiene un fin profundo»

Entrevista a Diego Pérez, músico de Tonolec.

TonolecConversamos con Diego Pérez, antes del increíble recital que dieron el sábado pasado en Ciudad Universitaria en el marco de Cuatrociencia. Pasado y presente. Ciencia y conciencia nativa fueron los temas que marcaron la charla.

 

Una vez dijiste que Tonolec era un punto de encuentro de músicas. Esta muestra es un punto de encuentro entre la ciencia, el arte y la gente. ¿Qué sienten tocando en esta muestra y ser ese punto de encuentro del que hablaste una vez?

Básicamente el punto de encuentro es la idea de integración. Hay que profundizar entres dos mundos diferentes: uno contemporáneo, con la tecnología moderna, y el otro ancestral y de los pueblos originarios del norte argentino. Para nosotros es lo mejor y más natural que puede pasar. De la misma forma que la ciencia se puede integrar con la cultura y generar miles de cosas, nosotros mismos -como argentinos y latinoamericanos- somos puntos de cultura. Y eso genera la riqueza que tenemos, más allá de algunas cosas que se prohibieron o se taparon de nuestros antepasados, pero es momento de que reflote y se integre, para llegar a una verdadera identidad.

 

¿Esa integración es lo que ustedes fueron a buscar a las comunidades? ¿Dar el toque nativo a la música electrónica que venían haciendo?

Hay una relación entre la tecnología y la ciencia. Se lo toma como contenido y no como herramienta. No existe la música electrónica, si no la música hecha con herramientas electrónicas. La usamos para expresarnos. Esa expresión puede hacerse de maneras diferentes. Rompimos con eso de que la electrónica es un género: es una herramienta contemporánea que nos sirve para trabajar el sonido de una manera profunda y meticulosa. Que te ayuda cuando tenés un concepto y un fin. Lo mismo que la ciencia, que es hermosa y buena cuando tiene un fin profundo y está sustentada por una ideología.

 

¿Cómo se relacionan los conocimientos ancestrales y los conocimientos científicos en la música que hacen?

La repetición. Eso se hace con la música actual y la tecnología y con la originaria. La música que se repite en generaciones y las letras que se pasan. A nosotros la tecnología nos sirvió para tener texturas de paisajes. Trabajamos mucho con lo que es el monte chaqueño, el río, el monte de noche, los animales. Y la tecnología permite infinidades de posibilidades de trabajar con ello. Ahí hay una herramienta muy aprovechable para contar ese mundo imaginario.

 

Hay una ciencia occidental que siempre se impuso, y que no respetó a la que encontró en América, cuando llegaron los colonizadores. El hecho de que los llamen a ustedes para cantar en Cuatrociencia, ¿les parece que es una forma de reconocimiento a esa ciencia ancestral y ocultada durante siglos?

Cuando nos acercamos a las tribus del pueblo Qom, nos dimos cuenta que habían muchos conocimientos que ignorábamos. Conocimientos que tienen que ver con la ciencia y la conciencia de la vida en la naturaleza. Lo que decís es interesante, porque la ciencia vino a desacreditar conocimientos que había. Después nos damos cuenta que no sabemos de alimentos ni plantas que se pueden usar y que crecen acá. Hay mucho que aprender, y por eso continuamos, porque hay un camino muy largo y lindo por descubrir.

Algunas veces creo que somos un puente en ese sentido. Fuimos y conocimos esas cosas y ahora las tenemos que contar. La gente debe buscar si quieren saber, por más que nos pregunten cada vez más sobre esas comunidades en nuestros shows.

 

Volvamos al comienzo. Hablabas de la palabra integración y Cuatrociencia busca eso. Que se integren los que no siempre pueden ver los conocimientos que se generan acá. Ustedes integran y son comunicadores de cultura. ¿Cómo toman ser un icono cultural?

No solamente hablamos de pueblos originarios, sino de nuestra ignorancia. Ahí está la conciencia de la que te hablaba. La gente en Resistencia no conoce el barrio Toba que está a cinco minutos. Y eso pasa en toda Latinoamérica, por eso queremos tomar conciencia de las culturas que nos formaron, por más que se los haya invisibilizado. Tonolec no sólo es un mensaje para que conozcamos a los nativos, si no para que nos descubramos a nosotros mismos, porque venimos de ellos. Queremos hacer que todos estos elementos se integren mediante memoria y conciencia. Para generar nuestra identidad, porque estudiamos bajo una ciencia occidental, para saber también de nuestros antepasados.

 

charo y diego foto

 

 

 

 

 

 

 

 

Punto de encuentro

Tonolec se presentó ante una Sala de las Américas repleta, en el segundo día de Cuatrociencia. El dúo que hace una mezcla con ritmos étnicos y electrónicos, es una de las mejores y más novedosas apariciones del folclore. Origen y actualidad. Tecnología y raíces, el combo ideal para un punto de encuentro.

 

IMG_8986Tonolec está conformada por Charo Bogarín y Diego Pérez. Ellos comenzaron haciendo música electrónica, hasta que sintieron la necesidad de volver a las raíces. Cantar los cantos de sus latitudes, de nuestras latitudes. Allí se forma este dúo que le da voz a la etnia Qom (Toba), que le canta y los canta. Que los estudia desde adentro, intercambia experiencias musicales y de vida, y teje con sus cantos y pistas electrónicas nuevas formas de música. Como participar en las rondas de canto y baile del coro de mujeres y hombres tobas “Chelaalapí” (bandada de zorzales) que viven en Resistencia y poseen la particularidad de pasar canciones de generaciones a generaciones oralmente.

 

Tonolec significa “caburé” en lengua toba, que es un ave de canto hipnótico del monte chaqueño. Esta ave atrae a sus presas con su canto. Charo sería esa ave, que nos atrae y, cuando parece que nos caza, nos deja volar.

 

Tonolec viene de Chaco, y desde allí trajeron Qué he sacado con quererte, Zamba para olvidar, La cazadora y Techo de paja, que fueron los temas que abrieron el show.

Baila, baila, En busca del sol, El rito, Cuna de 3×4, Noyetapec: si hay algo particular de este dúo, es que en varios temas mezclan la lengua toba con el castellano. Canto de cuna (Lullaby), uno de los temas que fueron transmitidos de generación en generación; Mi caballito (So Caayolec) Baila, baila, En busca del sol El cosechero de Ramón Ayala cosecharon aplausos y ovación.

Ay corazoncito,  Llora tus penas (dedicada a su madre que se hizo cargo de ella tras la desaparición de su padre en 1976, “porque hay ausencia que marcan, pero presencias que marcan con el ejemplo”), Mujer, Cántaro niñoAntiguos dueños de las flechas, Duerme negrito y Lamento cerraron una noche increíble y un público completamente rendido a sus pies.

 

“Ey, por mis venas corre sangre nativa, es dulce, es tibia, con un beso se activa”. Eso es Tonolec, sangre nativa que se activa y sale a la luz. Es pasado, presente y futuro. Es un punto de encuentro entre lo ancestral y lo que vendrá. Entre la ciencia y el saber milenario.

 

 


 

Lo que pasó ayer

PORTADA CRONICA

Segunda jornada de Cuatrociencia. A pesar del cielo gris y la lluvia amenazante, centenares de personas concurrieron a la mega muestra de arte, ciencia y tecnología de la UNC. La plaza de la Física y las Matemáticas se colmó de niños, jóvenes y mayores para interactuar a través de los distintos juegos montados en las afueras del pabellón Argentina.

A la par de la plaza de la Física, los stands de los jóvenes investigadores en neurociencias que celebran la “semana mundial del cerebro”, acogieron cientos de curiosos.

Las puertas abrieron a las 15 horas, y alrededor de las 16 se presentó la performance de danza Te Bailo?. Luego, a las 18 fue el turno de Circo Piskuí, el grupo local circense de Córdoba que hizo bailar y cantar a los niños desparramados en la plaza de la Física.

Mientras tanto, en el Aula Interactiva se presentó el videodocumental Villeros en movimiento, y luego una charla sobre la magia y la ciencia, a cargo de Javier Martín.

A las 19 horas entró en escena Jenny Nager, ofreciendo un maravilloso repertorio musical de sonidos que mixturan ritmos clásicos y música étnica. El público, tímido al principio, despidió aplaudiendo de pie a la cantante cordobesa y a su banda.

De Parado Stand Up hizo llorar de risa al público con las ocurrencias de Juan de Batisti (quien ofició de presentador), Gabriel Marasini y Jorge Monteagudo.

La jornada tuvo un cierre ideal con la banda chaqueña Tonolec, que hizo vibrar a cientos de personas en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina. Tonolec interpreta música de raíces indígenas y los fusiona con géneros actuales, como el jazz, ritmos electrónicos y folklore argentino, entre otros.